JERUSALÉN.- La Autoridad Palestina (AP) advirtió que la decisión israelí de ampliar sus colonias en los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén Este la "empuja" a efectuar una denuncia ante la Corte Penal Internacional (CPI), organismo que podrá integrar a partir de haber sido reconocido por Naciones Unidas, la semana pasada, como Estado observador no miembro.
Precisamente, esa decisión de la Asamblea de la ONU fue la que motivó la autorización de Israel a construir 3.000 nuevas viviendas en los territorios capturados en la Guerra de los Seis Días de 1967, y que los palestinos reclaman para su futuro Estado.
"Si Estados Unidos y los países europeos logran parar a Israel, no iremos a la CPI; pero si no lo logran, iremos adelante. Cuando cometes crímenes, tienes que enfrentarte a las consecuencias. Si no has cometido crímenes, no debería darles miedo que los llevemos ante el tribunal", aseveró Nabil Shaath, titular de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y asesor del presidente de la AP. Mahmud Abás.
Su mención es por la fuerte reacción diplomática internacional a la medida israelí. El lunes, Gran Bretaña, Francia, España, Dinamarca y Suecia le expresaron formalmente a los embajadores israelíes en esos países su condena a las edificaciones, pero no rompieron relaciones bilaterales. "Israel hizo exactamente dos cosas que la Unión Europea le pidió que no hiciera, fue una enorme torpeza", manifestó el canciller español, José Manuel García-Margallo, que sumó a la política habitacional el congelamiento de los impuestos que recauda Tel Aviv en nombre de la AP, cuyo envío dilatará.
Alemania (el aliado más cercano de Israel en Europa) también pidió evitar la expansión de los asentamientos. "El Gobierno germano está muy preocupado por estos planes que socavan la confianza en el proceso de paz del Cercano Oriente", señaló el vocero Steffen Seibert. El único país europeo que votó en la ONU contra el reconocimiento a Palestina fue la República Checa.
A su vez, EEUU urgió a Israel que "reconsidere su decisión unilateral, que es contraproducente para la paz", en palabras del vocero de la Casa Blanca, Jay Carney. Rusia sostuvo que veía con grave preocupación la estrategia del Estado judío.
Sin embargo, Israel no se muestra dispuesto a dar marcha atrás en una medida que partiría en dos a Cisjordania e impediría a los palestinos el acceso a Jerusalén: los medios locales publicaron ayer que el Gobierno de Benjamin Netanyahu proyecta construir otras 1.600 viviendas en Ramat Shlomo, al noreste de la ciudad santa, plan que estaba congelado. (Reuters-DPA-Télam)